Por alguna razón tengo la idea de que toda madre tiene en su cocina un calendario, ahí las súper mamás anotan los recitales de piano, juntas de padres de familia, fiestas de cumpleaños, etc. Hay días buenos en los que las mamás miramos el calendario con ilusión anticipando los días de fiesta y los partidos de soccer y días no tan buenos en que una quisiera dejarlo todo e irse al Caribe o a dondequiera que sea la foto que tenga dicho calendario.

Friday 2 December 2011

ADD, SPD... ¿WTF?

El mejor amigo de mi hijo es como chinche con espuelas y cuando se juntan los dos son dinamita. Encima, el papá de este niño insiste en reunirlos y no sólo eso sino que le vienen a la cabeza planes que hacen de cualquier niño hiperactivo una bomba.

Recientemente me sugirió que los lleváramos a Science World un viernes de asueto y lluvioso (lo que en Vancouver significa lugar a reventar). Su idea no me pareció nada buena, la última vez que llevé a mi hijo a Science World, fue tal la sobrecarga de estímulos que acabamos en pataleta los dos y estoy segura de que fuimos el entretenimiento de la tarde de las cámaras de seguridad.
Le expliqué a tan amable caballero que mi hijo tiene SPD*. No es que vaya yo por la vida etiquetándolo pero me pareció atinado mencionarlo porque ya van varias invitaciones a este tipo de lugares y había que aclarar de una vez por todas que no son una buena combinación con el carácter de mi hijo. El Sensory Processing Disorder consiste básicamente en que el cerebro no identifica y clasifica los estímulos sensoriales que recibe el niño de igual manera que lo hace el cerebro del resto de la gente, sino que cataloga la mayoría de los estímulos recibidos con la misma importancia y con mucha intensidad. Por ejemplo, la etiqueta de la camisa, una gota de sudor o la costura del calcetín las recibe con la misma intensidad que a una abeja posándose en el brazo (lo cual genera ansiedad) y no solo eso sino que el cerebro no descarta esas cosas como intrascendentes y sigue percibiéndolas intensamente durante un tiempo largo. Es por esto que lugares con mucha gente, mucho ruido, luces brillantes (que de por si sobreexcitan a cualquier niño) son una bomba de estímulos. El caso es que le expliqué a dicho señor que la doctora nos había recomendado buscar actividades más tranquilas y con menos estímulos y que con gusto invitaba yo a los niños a jugar cochecitos en la casa. A lo que el susodicho respondió “It is good to know they found a fancy name for D’s personality” (ustedes perdonarán que lo escriba en inglés pero no creo que haya un termino en español tan chocante como “fancy name”).
¿“Fancy name”? ¿Quien se cree que es el tipejo? El no es quien tiene que ponerle los calcetines todos los días ni peinarlo sin agua ni descoser las etiquetas de la ropa.
Confieso que yo también la primera vez que escuche del dichoso SPD pensé “estos gringos ya no saben ni que inventar, ADD, SPD… ¿WTF?”. Mi abuela diría “en mis tiempos esto se quitaba con dos chanclazos” − by the way, esto se descubrió hasta 1967 o sea que si, en tiempos de mi abuela esto se quitaba a chanclazos.
Yo era de las que pensaba que el Attention Deficit Disorder era un invento de las maestras flojas para medicar a alumnos inquietos. Sigo dudando que la solución sea el Ritalin, pero ahora creo que hay seriedad detrás de estos estudios y estos diagnósticos, que es cierto que hay cerebros que trabajan de manera diferente y que lo que a simple vista es un horrible berrinche (y creanme son horribles) o un niño "problemático" puede ser algo un poquito más complejo y que requiere de un poco más de paciencia. ¿Que no siempre la tengo? No, más bien casi nunca, no es fácil ser paciente y convencerme de que lo que él siente es real y que no nos está tomando la medida. Pero me siento muy afortunada de que sea un niño completamente sano, todo fuera como un simple desorden sensorial, un fancy name.

*Sensory Processing Disorder

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