Por alguna razón tengo la idea de que toda madre tiene en su cocina un calendario, ahí las súper mamás anotan los recitales de piano, juntas de padres de familia, fiestas de cumpleaños, etc. Hay días buenos en los que las mamás miramos el calendario con ilusión anticipando los días de fiesta y los partidos de soccer y días no tan buenos en que una quisiera dejarlo todo e irse al Caribe o a dondequiera que sea la foto que tenga dicho calendario.

Friday 16 March 2012

De Vuelta a la Infancia en Tobogán

Debo confesar que cuando llegamos al hotel y vi que por módicos 100 pesos diarios entretenían a los chamacos toda la mañana empecé a hacer cuentas de cuantas margaritas tendría que sacrificar para cubrir toda la semana. Traía yo la envidia de que una amiga carga con nana todas la vacaciones y estaba yo temiendo el poco descanso que iba a tener si había que estar lidiando con los niños todo el día, así que la opción del kids club no era nada mala idea. Pero después pensé que realmente el punto de la vacación era disfrutar a los hijos sin el estresante torbellino de la rutina diaria donde hay que correr de un lado al otro y ponerse zapatos varias veces al día, lo que en el caso de mi pequeño puede convertirse en drama. Así que con buen ánimo – y después de un par de pleitos por tener que ponerse bloqueador para el sol – nos dirigimos a la alberca donde había toboganes para agua.

Sobra decir que mi hijo fue el más feliz en los toboganes, ajeno a que los otros niños lo vieran raro porque – debido al Sensory Procesing Disorder – insistió en usar goggles mientras se echaba del tobogán para evitar que se le mojaran los ojos (?). Era tal su felicidad que me invitó a echarme con él; yo tenía miedo de hacer el oso pero dije ¿por que no? Y como diría Sabina, fue “de vuelta a la infancia en patinete” sólo que fue en tobogán. Se me había olvidado lo divertido que son, sentir la adrenalina (porque esas cosas ¡van rápido! o al menos muy rápido para mi vida sedentaria) y caer con un gran –  believe me, GRAN – ¡splash! No podía parar de reírme, mi esposo me preguntaba “¿de que demonios te ríes?” no sé, pero estaba divertidísima.

Pasamos un muy buen rato y disfruté a mi hijo como nunca, hasta que, estando yo sentadita en la orilla sobandome el codo de un madrazo que me di al caer, vi a dos niñitas que me observaban. Al parecer una le había dicho a la otra “ahí esta tu mamá”, a lo que la otra contestó “no, mi mamá tiene el pelo rojo… además mi mamá no está gorda” Chale, tan contenta que estaba, y yo que pensaba que me veían admirando y envidiando que jugara tan padre con mi hijo. Claro que me agüité. En su defensa, no estaba yo en postura nada favorecedora sentada cual madrina en fondo de nylon remojándose en las olitas, pero aun así me caló y ya no quise seguir echándome por el tobogán. “Ve tú, yo ya estoy muy grande para eso” le dije a mi niño “no mamá, por favor por favor por favor por favor” Ya saben que cuando los niños dicen“por favor” tantas veces o se les hace caso o se les da un sopapo y opté por hacerle caso. Bueno, pensé, finalmente lo importante es estar con él, muy flacas muy flacas las mamás de estas niñas pero ¿dónde están? Me daba mucha ternura verlo tan ilusionado de que me echara con él, con sus goggles verdes que lo hacían parecer aun más marciano. En un par de años se va a avergonzar de estar conmigo por más buena que me pueda poner, ahorita le gusta estar juntos y con eso me basta. Así que bueno, me armé de valor para echarme otra vez, y así estuvimos toda la mañana. Nos divertimos muchísimo, me enseñó a echarme para adelante, para atrás, de trenecito, hasta que le hice caso de echarme de panza y se me salió una boobie con el impulso, entonces los divertidos fueron los que estaban mirando y yo tuve que salirme y comportarme como adulto responsable.


2 comments:

  1. Mi querida Andrea, eso es felicidad pura!!! Yo me he divertido de lo lindo volviendo a la infancia con mis hijos en la nieve, aventAndonos en el trineo, o de pompas (despuEs con unos buenos moretones, pero lo bailado...), en los toboganes de hielo, en las resbaladillas y el sube y baja del parque y en los juegos de feria. Ah! Y ni te cuento que acabo de llorar de la emociOn en Disney viendo el desfile de los personajes y el mundo pequenio. AsI o mAs cursi, pero eso es disfrutar de la felicidad pura y simple de los ninios, maravilloso!! Disfruta. Te quiero mucho!! Me encanta tu blog, casi nunca comento nada pero te leo, te disfruto y te admiro. Bety

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    1. Que linda Betuncita! muchas gracias. Yo también te quiero y te extraño mucho amiga.

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