Los eventos de “meet the teacher ”
deberian de llamarse “meet the proud mommas night”.
Todo gira
alrededor del orgullo, de los hijos sentirse orgullosos de los padres
y – por supuesto – los padres sentirse orgullosos de los hijos.
Si existe la oportunidad de presumir los logros del querubín qué
mejor, pero la mayoría de los “mi hijo es lo máximo” y “mi mamá
es bombero y te moja” van escondidos en los hechos.
El “meet the teacher / proud mommas
night” de primero de primaria fue una cena “potluck”, lo que en
español conocemos como cena de traje (traje papas, traje refrescos,
traje postre). Así que – debido a que Vancouver es multicultural –
nos pidieron que cada familia llevara un platillo de nuestra herencia
cultural. Me cayó un poco gordo que sólo por ser de un país exótico
tuviera que complicarme la vida, si fuera canadiense me podría haber
librado con una buena charola de fruta o crudités y dip.
Después de trabajar todo el día, sin saber cocinar y con mi marido
(el chef del hogar) de viaje mis opciones eran las siguientes:
a) Decretar platillo nacional mexicano
el pay de manzana comprado
b) Caer en el doble estereotipo de
llevar chips & salsa. Digo doble estereotipo porque
estereotipo# 1 Los mexicanos solo comen chips & salsa y
estereotipo #2 Las mamás que trabajan son unas negligentes que
llevan chips & salsa a las cenas de la escuela.
c) Apelar a nuestras raíces españolas
y llevar –
disfrazado de paella–
el arroz compuesto que nos dejó mi esposo en el refri para
toda la semana.
Escogí C. Mi niño había estado muy
preocupado por el platillo que íbamos a llevar y muy agobiado por
“esa gente que cree que en los potlucks pueden llevar sólo el
postre” (creo que eso me oyó decirlo una vez, ¡ups!).
Así que después de repasar toda la gama de antojitos mexicanos y
explicarle que NO se pueden cocinar en un salón de clase ni dejar
preparados desde la noche anterior, optó por sacrificar su arroz
compuesto y llevarlo al salón para presumir el excelente cocinero
que es su papá.
Yo también tuve oportunidad de
presumir al chamaco, no crean. Me estaban preguntando unas mamás
como le iba con aprender a leer, ancha como pavoreal les platiqué
que está leyendo muy bien en
inglés y
en español. Mi niño muy satisfecho también volteó
con una de las mamás, que estaba embarazadisima, y le platicó que
estaba leyendo en su enciclopedia como nacían los niños y después
se dedicó a explicarle con detalle todo lo que había aprendido,
ademas de aclararle que la gestación dura nueve meses y no un mes
como algunos niños erróneamente creen (?). No hace falta decir que no
me vieron con tan buenos ojos.
Para terminar, mi hijo me llevó a ver
la pared donde están pegados los dibujos y trabajos que hacen.
Habían escrito algo sobre sus vacaciones de verano y hecho un
dibujito. Entre las hojas con frases como “I went fishing”, “We
saw killer whales”, “I went to the beach” y “I went to
Disneyland” estaba el dibujito de mi niño “I went shopping with
my mom and she returned a nail polish” (!) Me sentí fatal. “¡Pero
si fuimos de camping! –le
dije– fuimos a la playa,
al zoológico, a la granja, vino abuela a verte, fuimos al parque, a
nadar, ¡a cortar moras!
¿Por qué pones eso?”
Muy serio me contestó “Lo que más me gusta es estar contigo, por
eso puse una carita muy feliz en mi dibujo”. Y si, en realidad fue
un muy buen día, fuimos a regresar mi barniz de uñas, pero después
nos comimos juntos una crepa platicando sentados en una banquita, y
de ahí fuimos a la librería a contar cuentos. Algo ha de estar
haciendo bien mamá.
awwwww. qué hijo!
ReplyDeleteCuero Diegoooo jajajaja...
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