Por alguna razón tengo la idea de que toda madre tiene en su cocina un calendario, ahí las súper mamás anotan los recitales de piano, juntas de padres de familia, fiestas de cumpleaños, etc. Hay días buenos en los que las mamás miramos el calendario con ilusión anticipando los días de fiesta y los partidos de soccer y días no tan buenos en que una quisiera dejarlo todo e irse al Caribe o a dondequiera que sea la foto que tenga dicho calendario.

Tuesday 10 May 2011

De quien escribe

Cuando me gradué de la universidad emprendí el viaje a Los Ángeles, California, con el firme propósito de trabajar en la industria del cine. Mientras escalaba la escalera de egos de ese mundo – pasando de ser barredora de set a productora de videos musicales de bandas texmex – mi actitud se estancó en uno de esos escalones de productora hollywoodesca y desde ahí vi para abajo a las mujeres que en vez de career woman se convirtieron únicamente en madres. Si, digo únicamente porque – en ese entonces y visto desde el bacón de la sabiduría – para mí ser madre era sólo un trabajo de medio tiempo, ¿qué diantre hacían esas mujeres con el resto del tiempo que les dejaba ser madres? ¿Por qué no hacían algo más como, no se por ejemplo, ser productoras de cine?

Exactamente diez años después de haberme graduado me convertí en mamá y mi actitud vino – como dicen en inglés – a morderme el culo.

Ser mamá (Susanita como me dicen ahora mis amigas, en honor a el personaje de Mafalda) es lo mejor que me ha pasado, pero ahora me doy cuenta de que aquella idea de que quienes “sólo” son mamás tienen el resto del día para limarse las uñas, es totalmente errónea – escribo sin haberme bañado porque Tomás está en una etapa en que no le gusta perderme de vista ni un momento. Si bien el más divertido y gratificante, ser mamá es uno de los trabajos más difíciles que he tenido y cada día es una lucha por ser una buena madre y no morir en el intento.

El por qué del blog

Supuse que mis amigos facebookeros estaban ya hartos de leerme hablar maravillas (o pestes) de mis retoños además de que continuamente tenía que editar mis posts por aquello del límite de palabras así que decidí abrir un blog para poder explayarme y que lo lea quien quiera y así nadie se fastidia ni me borra del Facebook.

La intención de este blog no es llorar sobre el hombro de nadie, ni recibir consejo (aunque a veces lo pida a gritos), en ese departamento ya tenemos a varias tías abuelas y no se trata de dejarlas sin chamba. La única intención es escribir mis amores y desamores con la maternidad, es un homenaje a las madres (prometo no ponerme muy cursi) y está dedicado a todas ellas que como yo se sorprenden todos los días de como la van librando. Y bueno, además porque le he dicho a Diego que soy escritora y si algo he aprendido de la maternidad es que hay que cumplir lo que se dice.

El que haya lanzado este blog el día de las madres no tiene nada de simbólico, es simplemente el día en que Tomás tiene a bien acompañarme en su sillita junto a la computadora y puedo finalmente sentarme a escribir. El por qué del título ya lo contaré en otra ocasión.

2 comments:

  1. Si podemos dejar comentarios, ya probe!!!

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  2. que lindo sermana! no me habia metido..ahora voy a leer los otros

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